En este pasado mes de marzo, hemos asistido a una importantísima caída en los precios de la mayoría de las acciones, en diferentes mercados.

Estamos ante niveles de precios no vistos desde hacía mucho tiempo, dejando cotizaciones de muchas compañías que, hasta la fecha, presentaban buenos fundamentales,

en lo que algunos llamarían “precios de ganga”.

Bien, dejando a un lado que esos fundamentales pueden, desgraciadamente, formar parte del pasado ya que el futuro que tenemos por delante, no es para nada alentador,

tampoco nada nos indica por el momento que no se puedan reanudar las caídas y dejarnos las cotizaciones de muchas empresas todavía en niveles inferiores a los mínimos

de marzo.

 

Primero, el futuro como decía, ahora por ahora, no promete.

Segundo, como no tenemos la bola de cristal, nos hemos de basar en lo que el aspecto técnico nos dice, el precio debe por decirlo de alguna forma, ser el que nos incline nuestra balanza de la probabilidad a favor de una posible zona de suelo.

No porque un valor haya llegado a un nivel determinado de precio, no visto desde hacía años, no porque hasta la fecha era una buena empresa y estaba en fuerte tendencia alcista, no porque el precio ya ha caído mucho y no creamos que siga cayendo…, no por todo esto y más, es momento de comprar.

Además, aunque acertemos y compremos en suelo, ¿quién nos dice que ese valor no va a permanecer en esa zona unos cuantos meses? ¿acaso sabemos que va a subir ya?

Es como subirse al tren solo porque haya llegado a la vía. ¿Y sino vuelve a arrancar hasta dentro de una hora? ¿nos vamos a quedar ahí dentro, sentados, porque así ya estamos en el vagón y no lo vamos a perder? ¿No valdría más la pena, informarse de cuando va a volver a ponerse en marcha y aprovechar ese tiempo para hacer otras cosas?

¿Permitiremos que nuestro dinero se quede inmovilizado sin obtener rendimiento alguno, hasta que las acciones se decidan a subir?

¿Tenemos que sufrir todo ese tiempo y rezar cada día para que no nos salte el stop?

Y si salta, ¿qué haremos? ¿volveremos a entrar? Y así, ¿cuántas veces?

Que no nos ponga nerviosos ciertas noticias de que una acción determinada está muy barata, no nos dejemos llevar por la vorágine emocional de querer comprar porque ha caído mucho y sino compramos ahora, nos perderemos toda la subida y la oportunidad de poder jubilarnos…

Cuidado.

Estamos ante momentos excepcionales, no vistos anteriormente. La incertidumbre ahora reina más que en ninguna otra situación vivida en el pasado, en otras palabras, no tenemos ni la menor idea de lo que va a ocurrir.

Por ello, hay que extremar las precauciones y que no sean las emociones humanas, como podría ser la codicia, las que nos hagan entrar a mercado cuando todavía no es el momento.

El precio es el que nos tiene que dar más información, solo él.

Ni siquiera, a mi modo de ver el trading, los acontecimientos que se vayan produciendo, puesto que hoy puede ser A y mañana B. Todo está demasiado complicado como para fiarnos de nada y basar nuestras decisiones de inversión en lo que vamos escuchando en los medios, porque ni siquiera tenemos la certeza de que nos estén contando la verdad al 100%.

Estudiemos el técnico de los activos e índices y basemos nuestras posibles operaciones de compra e inversión, en algo objetivo, en la observación de patrones de giro en las cotizaciones, en algo que, como decía antes, nos dé una mayor probabilidad de éxito a nuestro favor.

Y cuando ello se pueda hacer, hagamos una correcta gestión del riesgo, stops colocados correctamente. No convirtamos nuestras inversiones en herencias, porque no supimos salir de ellas en su momento.

Decisiones basadas en datos objetivos y reales, recordando que estamos en un mundo basado en probabilidades, nunca en certezas, pero jamás decisiones basadas en emociones que se dejan influir por el exterior y por lo que queremos que suceda.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

WhatsApp
El Espejo del Trader Reviews with ekomi.es