En el artículo de esta semana, vamos a hablar de algo que, en un momento u otro nos ha pasado cuando hacemos trading.

Se trata del sesgo de la esperanza. Esa emoción que se nos activa cuando una operación no está haciendo lo que nosotros esperábamos y la mantenemos abierta con la esperanza de que se dará la vuelta y retomará la dirección que nos favorece.

 

Esto nos puede ocurrir cuando, una vez dentro de una operación, apenas llega a alcanzar beneficios y se gira empezando ya a tener pérdidas latentes.

Aquí entran en juego varias cosas.

La primera y más importante, en mi opinión, es la no aceptación ni comprensión sincera de lo que es el trading. Operar en los mercados y ser rentable dada una muestra X de operaciones, es un tema de probabilidades. Por eso he remarcado “dada una muestra X”, porque si esperamos que todas y cada una de las operaciones terminen con beneficios, nos vamos a dar contra la pared una y otra vez. Y he aquí una de las causas de los cambios constantes a los que se ve sometido nuestro sistema de trading  en nuestros inicios, porque buscamos el 100% del éxito.

Tengamos clara una cosa y enganchemos un post-it en nuestras pantallas que nos lo recuerde cada día: “Podemos operar bien y que la operación salga con pérdidas”.

Esto es así y lo será siempre. Hemos de aceptarlo. No siempre se gana. El que una operación termine con pérdidas, no siempre es porque hemos analizado mal o porque el sistema no funciona o porque nos hemos levantado con el pie izquierdo. Dejemos de buscar siempre razones a este suceso. En el trading se pierde y no lo podemos evitar, ni ahora ni con 30 años de experiencia, ni siendo los mejores traders del mundo. Perderemos más de una vez y hemos de convivir con ello.

Bien, una vez remarcado este hecho, sigamos.

Como ahora ya hemos aceptado que aún siendo grandes operadores y analistas, la operación puede acabar con pérdidas, es necesario para sobrevivir en este mundo, contar con un amigo al que debemos recurrir siempre: EL STOP LOSS.

Si no ponemos el stop cuando abrimos una operación, ¿cómo nos protegemos ante esas operaciones que no seguirán la dirección que hemos previsto? Sigamos siendo magníficos operadores y pongamos el stop loss, para que cuando eso ocurra, podamos salir de la operación sin ningún mal a lamentar, asumiendo la pérdida que tenemos fijada por operación (y adecuada a nuestro capital) y podamos seguir tranquilamente con nuestra operativa.

Ese sesgo de no poner el stop o de quitarlo si el precio se gira y se va acercando a él, es la no aceptación de las pérdidas. Es esa vocecita interior nuestra que nos va diciendo:

  • “Esta operación no puede fallar” (la he analizado muy bien…)
  • “No puedo volver a perder” (esta semana ya llevo X pérdidas…)
  • “Seguro que ahora hará un doble suelo/techo y volverá a subir/bajar, aguanta”.
  • Es cuando cambiamos de marco temporal (sin que eso esté contemplado en nuestro sistema de trading) y nos decimos: “Fíjate, si en el gráfico diario ni siquiera ha retrocedido X…”.

Escuchamos esas vocecitas y quitamos el stop o lo movemos a un punto más alejado del nivel inicial, asumiendo entonces unas pérdidas potenciales no adecuadas a nuestro capital y que, manteniendo esta forma de hacer, operación tras operación, nuestra cuenta de trading se va acercando a los 0€.

Y si somos inversores más de largo plazo y no estamos apalancados, esta mala práctica nos va a provocar estar enganchados en operaciones durante mucho tiempo, pudiendo en el futuro acabar cerrándola con grandes pérdidas y/o no pudiendo hacer inversiones que hubieran dado una buena rentabilidad porque no nos queda capital, ya que tenemos la otra operación abierta.

Aquí no hay otra solución que la comentada. Aceptar lo que es el trading, no creer que la consistencia significa ganar dinero en todos y cada uno de los trades, sino en una muestra X de operaciones (optimizando el ratio de acierto y de riesgo-beneficio) y saber que jamás, por muy buenos analistas que seamos ni teniendo un fantástico sistema de trading, evitaremos las pérdidas.

Esto no es tarea fácil para nosotros, pues a los seres humanos siempre nos han enseñado que cuando algo sale mal tiene una causa o un culpable y nos cuesta mucho aceptar que algo que nosotros hemos razonado y nos hemos posicionado en alguna dirección, acabe con un resultado negativo sin haber un por qué.

Pero esa respuesta, ese “por qué” lo hemos de buscar en el mismo mercado y en el espacio en el que éste se mueve: la incertidumbre y el trabajar/operar con una estrategia que nos dé una ventaja estadística.

 

 

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