Charles Duhigg dice en su libro “El poder de los hábitos”: “Cuando emerge un hábito, el cerebro deja de participar plenamente en la toma de decisiones”.

Y tan cierto. En nuestra vida diaria, hacemos muchas cosas sin ser ni conscientes de que las hacemos, como por la mañana: lavarnos los dientes, ducharnos…

Tenemos pequeñas rutinas instauradas en nuestro día a día, las cuales no tenemos que hacer ningún esfuerzo mental para hacerlas, son actividades

casi mecánicas. Y esto lo podemos aplicar a muchos ámbitos.

En el trading, uno de los mayores peligros es la improvisación. No tenemos unas reglas claras de actuación y entramos operaciones sin un esquema y, por tanto, sin hábito alguno.

Pero ojo, también podemos tener hábitos perjudiciales, pues también se puede llegar a entrenar el error. Podemos estar creyendo que hacemos bien las cosas y justo lo contrario, cavamos más profundamente algo que hacemos erróneamente, hasta casi convertirlo en un mal hábito. Como dijo Mark Twain: “no es lo que no sabes lo que te mete en problemas, es lo que sabes con certeza y no es así”.

¿Es aconsejable tener ciertas pautas e interiorizarlas hasta convertirlas en hábitos? Por supuesto.

¿En qué fases del trading se puede hacer?

Bien, yo propongo que, en tres momentos concretos de nuestra operativa, reflexionemos y seamos conscientes de si tenemos buenos o malos hábitos en cada una de ellas.

Antes de operar. Sea cual sea el tipo de operativa que hagamos, es conveniente esa preparación tanto mental como técnica.

Rutinas como chequearnos a nosotros mismos para comprobar que estamos en condiciones de participar en el mercado. También ser conscientes de que nuestro entorno nos permite operar sin distracciones y de forma cómoda: silencio, teléfonos lejos de nuestro alcance, temperatura adecuada…

Tener el hábito de darnos el tiempo suficiente para poder preparar bien nuestros gráficos y hacer un buen análisis.

Durante la operativa: aquí la clave de instaurar buenos hábitos es tener un sistema de trading claro y sencillo que nos permita operar de forma sistemática para que en cada operación, día tras día, el cumplimiento de esas reglas se conviertan en un hábito y ya no tengamos que hacer el esfuerzo de tener que cumplirlas. Simplemente, nos dejaremos llevar porque es lo que hay que hacer, no habrá guerras internas ni conflictos. No dudaremos ni tendremos miedo.

Seguir unas reglas, desactiva nuestro cerebro de tener que elegir y a la vez, permite que las emociones pasen a un segundo plano, ya no intervienen porque ejecutamos, no dejamos que aparezcan. Y cuando eso se convierte en hábito, actuamos de forma natural y sin forzar, a favor de nuestros intereses, haciendo lo que debemos hacer sin ni siquiera darnos cuenta de ello.

Después de la operativa: importante rutina la de instalar dentro de nuestra actividad en el trading, el repaso necesario y vital de nuestras operaciones. Y aquí hay que ser constantes, porque puede ser una de las cosas que más nos cueste hacer, porque requiere tiempo y dedicación y como la operación ya ha terminado, nos sentimos tentados a no querer “perder el tiempo” en el pasado y mirar el presente o el futuro, es decir, seguir buscando nuevas oportunidades de trading.

Gran error, pues no observando y analizando el pasado, vamos avanzando con una venda en los ojos y podemos caer en esa trampa de entrenar día tras día nuestros errores y convertir en hábitos lo que jamás deberíamos permitir que se convierta.

Así que y proponiendo un ejercicio individual, cojamos una hoja de papel y dentro de esas tres fases, por simplificar, escribamos:

  • Qué acciones hago casi diariamente y no debería hacer: hábitos nocivos. Pensemos en por qué los hacemos, qué lo inicia, cómo podríamos eliminarlos y qué mecanismo de control instalamos para ir verificando que las estamos eliminando.
  • Qué acciones estoy haciendo que pueden convertirse en un buen hábito, pero no las cumplimos todos los días. Anotemos en algún lugar visible esa actuación que no debemos dejar de hacer cada día.
  • Qué acciones no estoy haciendo y sería muy conveniente hacerlas siempre para mejorar nuestra operativa. Dentro de cada una de esas fases, hagamos una pequeña lista. Pensemos cuál es la causa por la que sabiendo que nos puede ir bien, no lo hacemos y busquemos soluciones a esa causa, trazando un plan de acción.

Y para redondear. Planifiquemos y dejémonos un espacio de tiempo cada día, para revisar cada uno de estos tres puntos y verificar su cumplimiento. Y al final de la semana, analicemos cómo ha ido, qué hemos mejorado, por qué, qué es lo que no está funcionando…

Y tomemos conciencia de que esos hábitos negativos van desapareciendo y de que vamos instalando en su lugar, buenos hábitos que nos harán ser mejores traders cada día.

Y muy importante, cultivemos una virtud: la persistencia de hacer siempre este trabajo. De ello puede depender nuestro éxito en este oficio.

 

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