En el mundo del deporte, se hace referencia al entrenamiento invisible como todas aquellas acciones que no forman parte del entrenamiento en sí mismo pero que resultan fundamentales para ser un gran deportista.

Estamos hablando de la alimentación, el descanso, los masajes, la preparación psicológica…

¿Acaso pensamos que un deportista de élite solo entrena y durante el resto del día no debe pensar ni preocuparse de nada más? Por supuesto que no.

Resulta imprescindible tener en cuenta detalles que no se ven en los entrenamientos y que están ocultos en el día a día del atleta. Pero que sin ellos, los resultados no serían los mismos.

Y nosotros como traders, ¿tenemos también nuestro entrenamiento invisible? Sí y puede ser lo que marca la diferencia entre el fracaso y el éxito.

El empezar una sesión de trading ya en modo «acelerado» puede condicionar la sesión entera. Es decir, si tenemos marcado un horario para operar y llegamos tarde, probablemente la preparación de la sesión se verá afectada porque la haremos sin pensar con calma y en profundidad los niveles, la fuerza del precio, la probabilidad de los movimientos y sus diferentes escenarios,…

Lo haremos mirando con el otro ojo puesto en el gráfico operativo a ver que no se nos escape ninguna operación y empezaremos con el pie izquierdo.

Empezamos la sesión «activados» emocionalmente y ese es el principal enemigo de una operativa consistente.

Otro ejemplo es iniciar una operativa con una predisposición mental inadecuada: una discusión importante, un problema grave de trabajo…algo que provoca que nuestra mente no esté en el presente y dificulte el interpretar correctamente lo que el precio nos dice.

Pensemos que cuando estamos operando tenemos que tener ese estado mental que permita leer e interpretar los movimientos del precio sin obstáculos emocionales que dificulten ser objetivo y racional con lo que ves y no haya nada que minore tu capacidad de respuesta buscando la mejor ejecución y no sesgado buscando resultados.

Y en este oficio la línea que separa ese estado mental adecuado es muy fina y como personas que somos expuestas a muchas cosas y dificultades en varios ámbitos, hemos de estar alertas que ello no perjudique nuestras sesiones.

Así es el trading y vosotr@, amigos lectores, que operáis habitualmente en el mercado, sabéis de lo que estoy hablando. Es una profesión exigente emocionalmente, esta es la principal dificultad para conseguir resultados.

El tener una vida saludable influye y mucho en nuestra forma de acercarnos cada día a las pantallas, la buena alimentación y el deporte es vital para estar bien física y psicológicamente.

Otro elemento «invisible» pero muy importante dentro de la misma operativa es el protocolo que seguimos mientras operamos: ¿Tienes algún procedimiento a seguir en cada sesión? ¿Tienes establecido el seguimiento de un check list? ¿Te has propuesto grabarte mientras estás operando para ayudarte en tu cumplimiento de reglas operativas?

¿Estás siguiendo este protocolo? ¿Todos los días? La constancia en este oficio vale el doble. De nada sirve, hacerlo dos días si luego no seguimos. Es habitual que la pereza y la desgana (sobretodo ante una racha negativa) nos invadan algún día y no nos apetezca seguir este protocolo. Lo mejor en estos casos es no operar. Recordemos siempre que la línea emocional es muy delgada y cuando abrimos un día la puerta a la indisciplina y el descontrol, cuesta cerrarla. Lo mejor, evitar que se abra ni un solo día.

Y luego un factor más que considero imprescindible y también forma parte de ese entrenamiento invisible en el trading es: el análisis posterior de nuestras operaciones.

Puedo confirmar con mi experiencia que ha sido para mi un factor decisivo el repasar cada una de las operaciones que he ido efectuando, sea cual sea la operativa que realice, swing o intradía.

Una vez nos hemos «desactivado» emocionalmente, pasadas unas horas o al día siguiente es importante volver al gráfico de esa operación y analizarla en todas sus fases. Y hacerlo también unos días después, en función del número de operaciones que tengamos por bloque, al finalizar cada uno de ellos para encontrar patrones y sesgos que se repiten, buscar herramientas para solucionarlos y proponer los cambios necesarios para el siguiente bloque.

Podríamos hablar de otros pequeños ingredientes que forman parte de ese entrenamiento invisible en el trading, pero lo importante es que identifiquemos los principales y los tengamos en cuenta para darles la importancia que tienen, trabajarlos bien y que se conviertan en puntos fuertes de nuestra operativa que nos ayuden a empujar hacia adelante nuestra consistencia y que no se transformen en debilidades que provoquen pasos hacia atrás.

Recordemos que el momento de operar es importante pero muchas veces caemos en el error de pensar que es lo único que importa. Y no. Estos ingredientes que forman parte del entrenamiento invisible son los que ayudarán a conseguir que una buena operativa perdure en el tiempo.

Aquello que no se ve, como las fuertes raíces de un árbol, son los cimientos más importantes para un buen resultado.

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