Escuché esta frase recientemente en una película, «Garra», la cual recomiendo. Ésta me inspiró a hacer este artículo para hablar de lo que hay detrás de estas palabras y su relación con el trading.
Como es obvio esta frase está relacionada con el mundo del básquet y pone énfasis en la importancia de la gestión de los tiros fallados más allá de los que acaban dentro del aro. Porque encestar es evidentemente el objetivo final del por qué uno se esfuerza, trabaja y entrena y hemos de conseguir que sean mayores a los tiros fallados. Pero como no gestiones mentalmente bien aquellos que no terminan dentro, te puedes encontrar que los siguientes también acaben fuera del aro aun cuando tu capacidad te hubiera permitido encestarlos.
¿Por qué? ¿Y esto cómo lo relacionamos con el trading?
Si tu mente no está preparada, no está entrenada para aceptar perder, te puedes venir abajo.
Se te pueden aparecer pensamientos muy negativos fruto de cierta inseguridad donde vas a dejar que tu subconsciente te vaya soltando frases como «otra vez igual, yo no sirvo para esto» o «esto no es lo mío, mejor que lo deje»…
Estas pequeñas lanzas que tu mente te va bombardeando pueden ser letales. Te pueden dejar muy debilitado para afrontar con la suficiente entereza la siguiente jugada. No las escuches.
No importa perder, no importa fallar. Todos perdemos y fallamos.
Lo más importante y lo que sí va a diferenciar un ganador de alguien que no lo logrará, será la capacidad de aceptar y gestionar esos fallos.
Será el que oiga de lejos esas vocecitas que te dicen que tú no eres capaz y las aparte de su mente. Será el que falle y solo piense en dar lo mejor de sí mismo en la siguiente jugada/operación.
No sucumbes a lo que acaba de ocurrir ni te victimices. Sal de ese pequeño pozo en el que parece que te estás cayendo de un salto. Asume tu responsabilidad de haber perdido con madurez y con visión constructiva para aprender de forma positiva de todo ello.
Ganar no te enseñará apenas nada comparado con lo que aprenderás cuando pierdas. Y perderás, Por tanto, alégrate de tus pérdidas porque cada una de ellas será una píldora de sabiduría. Puede convertirse en un gran aprendizaje que te haga dar dos pasos hacia adelante y que, además, te haga más fuerte y capaz de aceptar mejor los siguientes tropiezos.
Piensa que los que llegan arriba no lo logran porque no han fallado. Llegan porque han aceptado sus fallos y han sacado provecho de ellos.
Llegan porque su mente no está enfocada en el pasado, sino en el futuro. Llegan porque saben que perderán una y otra vez, pero aun y así lo vuelven a intentar. Y seguirán luchando día tras día porque su sueño es mayor al dolor de todas sus derrotas.
Aun cuando tengas un mal día, una mala semana e incluso un mal mes, sigue y sigue. Haz un guiño a todos tus fallos y vuélvelo a intentar.
Acepta y aprende de todas tus caídas, pero levántate para seguir adelante.
Porque ganarás pero también perderás. Hoy y de aquí 20 años. Y tu éxito se medirá no por las veces que hayas ganado, sino por cómo habrás gestionado todas tus pérdidas.