El resultado de la euforia

El día 16 de noviembre de 2017 lo tengo grabado a fuego. Fue un día, como decía un profesor que tuve, donde saqué la metralleta y empezé a disparar a todo lo que se movía.

 

 

Como tengo un diario donde escribo la operativa del día, las emociones que he tenido, etc.. para aprender más de la operativa que hago y de mi misma, recuerdo muy bien ese día.

Antes de explicar lo sucedido, contextualizo. Por esos días operaba en intradía con el crudo en la sesión de 15:00 a 17:30, en gráficos de 5 minutos. Mi operativa, por el trading plan que yo había preparado, siempre ha sido de pocas operaciones, una o dos al día como mucho, si es que se daba alguna. Conservadora.

Eran las 16:00 de la tarde cuando se dio la primera operación, salió con beneficios de 100 $. A las 16:14 se dio la segunda operación, saltó el breakeven, es decir, cubrir gastos. A las 16:35 la tercera, con beneficios de 200 $. Tres operaciones con un total de beneficios de 301 $, creo que era motivo suficiente para cerrar el ordenador y felizmente, irme a hacer deporte.

Pues eso no es lo que hice. La euforia de las ganancias hizo que me creciera y que creyera que era imbatible, capaz de ganar cualquier operación, ya profesional y de las mejores!!!! Ilusa de mi.

Hubo una cuarta operación. A las 17:06 entro una, sale con pérdidas de 100 $. ¿Qué sentí? Rabia, mucha rabia por haber sido tan avariciosa de querer ganar más cuando ya tenía el día más que hecho. Y esa rabia me hizo querer recuperar esa pérdida para aliviarme el dolor por ser tan estúpida, volver a tener 301$…

Y hubo una quinta operación. A las 17:15. Otra pérdida de 100 $. En ese punto, la incredulidad se apodera de mi, ¿Cómo es posible? Pero que he hecho!!!!!! Todavía más rabia, más dolor.

Y hubo una sexta operación. A las 17:21. Otra pérdida de 100 $. Ahora ya lo he perdido todo, todo lo que había ganado ese día… volatilizado.

La vorágine emocional que viví ese día fue increible. La euforia de las ganancias dio paso a la avaricia y de ella a la rabia por perder lo ganado, a la desesperación y querer recuperarlo, al descontrol emocional y operar totalmente controlada por las emociones y finalmente al abatimiento total por el desastre del día. Por suerte, algo de cordura me quedaba y  no seguí.

Fue un día muy doloroso, de aquellos que cuando cierras el ordenador, no sabes ni qué hacer. Pero aprendí mucho de ese día. Jamás me ha vuelto a pasar algo tan grave. Aprendí a que cuando ya te has «ganado el pan», hay que parar. Si ya estás feliz con lo que has hecho, has operado bien y ha dado sus frutos, mañana el mercado volverá a estar, hoy ya has sacado un pellizco de él. Por ese motivo, ajusté mi stop de beneficios diario, porque el dolor de haber ganado 300$ y perder una parte o todo, era mucho mayor a la alegría que me produciría si ganara 100 $ más.

En resumen, trading plan con stop de pérdidas y también de beneficios, cumplirlo y evitaremos estos desastres, que lo que más daña es a nosotros mismos.

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